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Perros a bordo del Titanic.

S.O.S Titanic

Este mes se conmemora el 102 aniversario del hundimiento del mayor trasantlántico del mundo en su momento: el Royal Mail Steamship Titanic y sí, hasta en ese momento de la historia, los perros tuvieron protagonismo. En este artículo les vamos a dar un homenaje.

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Por Ester Martínez Jurado, perrosconhistoria.com

El Titanic zarpó del puerto de Southampton (Inglaterra) el 10 de abril de 1912 rumbo a Nueva York y se hundió en la madrugada del 14 al 15 del mismo mes, al chocar con un iceberg. De los 2.223 pasajeros embarcados perecieron 1.514, y entre los supervivientes podemos contar que había tres perros.

 

Solamente los pasajeros de primera clase estaban autorizados para viajar con su perro, pero, probablemente alguno más pudo colarse dentro del equipaje de las demás clases. Se tiene conocimiento de que embarcaron 12 perros pero ya que muchos de los pasajeros que viajaban iban a empezar una nueva vida al otro lado del Atlántico quizá no quisieran separarse de sus amigos de cuatro patas. Pocos viajaban en la propia cabina junto con los dueños y la mayoría lo hacían ubicados en la perrera de la nave atendidos por miembros de la tripulación, por lo que eran considerados más como una carga que pasajeros en sí.

 

Como os he dicho, tres de los 12 perros de los que se tiene constancia sobrevivieron: dos pomeranias y un pequinés. Dada su pequeña estatura eran los animales idóneos para viajar en unos botes abarrotados de gente porque no ocupaban un gran espacio y podían ir en los regazos de sus dueños.

 

Lady fue una de las pomeranias supervivientes, adquirida por la señora Margaret Hays en su estancia en París y que viajó en el bote salvavidas número 7, el primero que se preparó en el accidente. Se dice que Lady fue envuelta en una manta cuando se dió la orden de evacuar el trasantlántico

De izquiera a derecha Lady, nombre desconocido y Sun Yat Sen, supervivientes del hundimiento del Titanic.

Otro de los pomeranias, cuyo nombre nos es desconocido, era propiedad del magnate en fabricación textil Martin Rotschild y su mujer Elizabeth Jane Anne, que subieron en el bote número 6 tras tener una discusión con un marinero al negarse a montar en él sin su perro. Y el tercer superviviente fue el pequinés Sun Yat Sen, propiedad de Henry Harper, fundador de la editorial Harper & Brothers Publishing House, que volvía de un tour alrededor de Asia y Europa. Ambos subieron en el bote salvavidas número 3.

 

Algunos supervivientes nombraron a algunos de sus perros posteriormente a su salvamento, como un Fox Terrier llamado Dog, una Airedale llamada Kitty, así como un Bulldog llamado Gamin de Pycombe. Otra de las historias tristes que se supo posteriormente fue la del Gran Danés de la pasajera Ann Elizabeth Isham que, negándose a dejar a su perro hundirse en el océano gélido, prefirió quedarse con él antes que dejarlo solo. Días más tarde se hallaron los dos cuerpos entrelazados flotando en el agua sosteniéndose entre ambos.

 

Como curiosidad os puedo indicar que algunas familias, a la hora de asegurar equipaje, también lo hicieron con sus mascotas. Es más, hubo una en concreto que cobró el seguro por sus dos perros fallecidos: uno fue un Spaniel de nombre llamado Charles, asegurado en 100$, y un Airedale llamado llamado Billy, asegurado en 200$. Los hijos de la familia quisieron montarlos en los botes salvavidas, pero el padre indicó que eran demasiado grandes para viajar a bordo.

 

Para muchos, entre los que me hallo, nuestros perros son parte de nuestra Familia ¿Hubiéseis peleado por salvar a vuestros perros? Yo, lo tengo claro...

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